Cuando hablamos de implantes mamarios podemos clasificarlos de acuerdo a tres grupos principales: por su composición, su forma y por la textura.
Por su composición:
Gel cohesivo de silicona:
Está formado por varias capas de silicona sobrepuestas una encima de la otra brindando al implante una resistencia muy fuerte. De producirse alguna rotura, su propio sistema de capaz evitaría el relleno de su núcleo saliera del propio implante.
Suero salino:
Como su nombre lo indica está compuesto por suero salino. Su forma de colocación consiste en introducir el implante donde se vaya a colocar (vacío) y luego se va rellenando con esta sustancia hasta alcanzar el volumen que se desea. A pesar de estar hecho de silicona, tiene más riesgo de rotura, pero no constituye ningún peligro para el paciente ya que el suero es absorbido muy fácilmente por el propio organismo.
Por su textura:
Superficie rugosa:
Como su nombre lo indica, al tener una superficie rugosa le es más fácil adherirse a los tejidos que lo rodean y evita que a largo plazo pueda ocurrir un desplazamiento del mismo. Su capa exterior tiene una mayor consistencia y grosor, lo que lo hace más resistente.
Superficie lisa:
Gracias a su superficie es muy fácil introducirlas en la zona donde se quieren colocar, ayudando también a que las incisiones necesarias para su colocación sean más pequeñas. A diferencia de las anteriores, no se adhieren a los tejidos a su alrededor, ofreciendo un movimiento natural. Son suaves al tacto.
Por su forma:
Anatómicos:
Simulan un poco más la caída natural del pecho, por lo que tienen forma de gota y un menor volumen en la parte superior. Existen muchos modelos de distintos tamaños capaces de adaptarse a la anatomía de cada mujer.
Redondos:
Tienen el mismo volumen tanto en la parte superior como la inferior. Es el tipo de implante más con efecto de push up. Suelen colocarse detrás del músculo pectoral.
Es importante que todas las prótesis cuenten con sus sellos de calidad y hayan sido homologadas por el Ministerio de Sanidad. Muchas clínicas están empezando a ofrecer garantías de por vida, ya que una las mayores preocupaciones de los pacientes es la duración del implante.