Cuando se adquiere un coche, es común que no se piense en los riesgos a los que se está expuesto ni las implicaciones jurídicas de un accidente. ¡Pero es un tema de alta importancia! Por eso, si tu pregunta actual es: “¿Qué tipo de seguro de coche me conviene contratar?”, te la despejaremos a continuación.
¿Cuáles son los tipos de seguros que existen?
Javier es un empleado que, como muchos otros ciudadanos españoles, se ha comprado su primer coche. ¡Todo un logro! Pero al verse tan reciente y moderno, le preocupa el tema de la seguridad, que pueda chocarlo por descuido o que ocurra un accidente y no sepa cómo reaccionar.
Como él, cientos de usuarios entran en shock cuando ocurre una calamidad en la vía, que deja como consecuencia a uno o varios lesionados. Y es que no se trata de una situación fácil de llevar, ya que las implicaciones pueden ser bastante graves.
Atendiendo a estas necesidades y miedos, las aseguradoras han creado productos que cubren la gran mayoría de situaciones y calamidades. Veamos cuáles le podrían interesar a Javier.
Seguro a terceros
Por un descuido, Javier no vio el coche de al lado cuando entraba a una rotonda y lo impactó. ¡Por fortuna, no les sucedió nada grave a los ocupantes! Después de menudo susto, se ha percatado de que le hizo ciertos daños al otro vehículo.
En estos casos, es donde entra en acción el seguro a terceros. Siendo la póliza más básica, es obligatoria por ley y puede incluir las coberturas de una póliza de responsabilidad civil.
Dentro de sus coberturas se hallan tanto daños personales como materiales que se causen a peatones u otros conductores, pero no se incluyen las lesiones o daños propios que se produzcan.
Seguro a terceros ampliado
No todos los sucesos negativos se limitan a los accidentes. También pueden ocurrir situaciones como el intento de robo. ¿Qué ocurre si Javier deja su coche estacionado afuera y lo halla sin alguna pieza?
Este tipo de situaciones pueden estar cubiertas por un seguro de terceros ampliado. Allí se estipula la cobertura contra robo hasta cierto porcentaje del valor del vehículo, rotura de lunas o incluso, daños contra incendio.
Algunas pólizas van más allá y ofrecen coberturas muy útiles, como lo es la defensa legal ante multas de tránsito o ante perjuicios a ciclistas.
Uno de los aspectos más llamativos de este tipo de seguro es que puede cubrir varias de las reparaciones que necesite un coche, si se presentan en condiciones específicas.
Seguro a todo riesgo sin franquicia
Ahora bien, ¿qué ocurre si Javier encuentra su coche con abolladuras, después de dejarlo en el aparcamiento? Aunque el culpable no esté en la escena, y el propietario no sea el causante del perjuicio, el seguro todo riesgo puede entrar a atender este tipo de daños.
Este tipo de seguro puede hallarse con o sin franquicia. Los que cuentan con franquicia resultan ser algo más económicos, pero su desventaja radica en que los daños sólo pueden cubrirse hasta un tope que se estipula en el contrato.
Por ejemplo, si Javier toma una póliza a todo riesgo con un tope de 500 euros, todo daño que supere esa cantidad deberá asumirlo por su propia cuenta.
En las pólizas sin franquicia ese tope no está determinado, pero justamente por esa razón la prima a pagar puede incrementarse considerablemente.
Los seguros a todo riesgo son los más completos que pueden encontrarse en el mercado, ya que cubren daños ocasionados por terceros o a terceros, daños personales, los incidentes propios, los fortuitos, e incluso, la defensa ante multas e infracciones. Por si fuera poco,puede incluir un coche de reposición si el propio presenta averías que requieran largas reparaciones.
Este tipo de seguros es altamente recomendado para vehículos nuevos, o para aquellos que tienen menos de 5 años.
¿Qué tipo de seguro de coche me conviene?
Ahora bien, ¿cuál de todos seleccionar? Si eres como Javier, y quieres tener la máxima cobertura en todo momento ante todas las situaciones mencionadas, lo ideal es escoger el seguro a todo riesgo. Como su nombre lo indica, esta póliza te cubrirá bajo cualquier circunstancia.
Pero es vital que, para hacer una buena selección, se tengan en cuenta varios factores como la cantidad de viajes que se realizan diariamente, la exposición a tránsito de alto flujo vehicular o hasta las zonas donde se aparcará el vehículo.
Todos estos factores hacen parte de la exposición a riesgos que determinarán si es mejor uno u otro seguro. Por ejemplo, al conducir constantemente en vías de alta densidad de coches, es más factible que se presente un accidente.
Igual sucede con los estacionamientos. Si son a la intemperie, o en zonas con poca iluminación, se pueden presentar intentos de robo o daños que pasan desapercibidos al propietario.
Si el presupuesto es corto, y el coche se utiliza para trayectos cortos y ocasionales, un seguro a terceros puede ser una solución suficiente. Pero nunca está de más tener coberturas que ofrecen mayor tranquilidad, por lo que te aconsejamos revisar las pólizas más completas.
Abordando todo lo que aquí analizamos, podemos decirte que el seguro que más te conviene, es aquel que cubra tus necesidades puntuales, de acuerdo a la cantidad de riesgos a los que estés expuesto. No cabe duda que el seguro a todo riesgo es superior en muchos aspectos, pero su coste más alto puede hacer que no sea tan accesible a todo el público.
¿Te contamos un secreto? Hay unas pólizas a todo riesgo a precios muy razonables y ya las hemos detectado. Sólo debes ir a nuestro comparador y ver cuál se adapta a tu bolsillo. Si no estás seguro de qué póliza contratar, ¡escríbenos! También podemos asesorarte.