Mucho se habla de las células madre en artículos científicos y en las revistas de medicina. Pero, ¿son todas del mismo tipo? ¿Hay diferencias? ¿Cómo se clasifican las células madre?
No todos los pacientes tienen procedimientos con el mismo tipo de células madre. Algunas son más efectivas en el corto plazo. Ciertos grupos poblacionales específicos necesitan tratamientos con células más especializadas, debido a la agresividad del padecimiento.
Cabe recordar que, gracias a estas células y sus sorprendentes avances de la mano de la medicina, se han podido encontrar tratamientos efectivos a enfermedades como la leucemia.
Dado su alto potencial, estas células son el foco de atención en la actualidad, ya que se proyectan a ser la forma más efectiva de revertir padecimientos que antes no tenían forma de frenarse.
¿Cuáles son las características de las células madre?
Imagina un tipo de células que puedan regenerar tejidos dañados del cuerpo. Imagina que pueden multiplicarse, emulando cualquier tejido. Imagina que pueden convertirse en huesos, cartílago, o membranas del corazón.
Ahora, no hay que imaginarlas, porque son una realidad. Se trata de las células madre. Tienen la sorprendente característica de transformarse en células más especializadas y específicas.
Se podría decir que estas células son la materia prima para la creación de todos los demás tejidos del cuerpo humano.
Al ser los ladrillos fundamentales de la creación de órganos, se les considera de suma importancia en campos como la medicina y la ciencia.
¿Cómo se diferencian las células madre?
Aunque se habla de células madre en forma general, no todas tienen exactamente las mismas propiedades y factores.
Este tipo de células pueden desarrollar notables diferencias, dependiendo del lugar donde sean extraídas. Este hecho también les otorga una longevidad determinada.
Por ejemplo, no es lo mismo extraer células de tejido embrionario, que son jóvenes, que células de la sangre o la médula, cuya maduración es mayor.
¿Cuáles son los tipos de células madres?
A la fecha hay múltiples clasificaciones para las células madre, que varía de acuerdo al sitio de donde se obtienen y a su potencial o capacidad para ser clínicamente útiles.
Entre las categorías, podemos encontrar células adultas, embrionarias y amnióticas. Cada una de ellas presenta una escala de posibilidad de evolución, que puede ser unipotente, pluripotente o totipotente.
Tipos de células madres
Las células adultas, que también reciben el nombre de células somáticas, residen en el cuerpo humano, independientemente de su edad.
Es posible hallarlas en tejidos blandos, como la médula ósea. Allí, se mantienen en un periodo de latencia, hasta que se activan para reparar tejidos como los ocasionados por fracturas o lesiones.
También están las embrionarias. Como es de suponer, estas se hallan en los tejidos de embriones con una semana de gestación. Al ser las que desarrollan todo el cuerpo humano, tienen una altísima capacidad de transformación.
Es posible encontrar células madre en el cordón umbilical. Este tejido es rico en células mesenquimales, es decir, las que pueden generar cualquier otro tipo tejido del cuerpo.
Igualmente, existen células madre amnióticas, que se hallan en el líquido que les da su nombre. Aunque siguen siendo potencialmente muy atractivas por su poder de regeneración y transformación, están por debajo de las embrionarias.
A su vez, existe una clasificación de células madre que no depende del lugar donde son extraídas, sino de su capacidad de transformación en nuevos tejidos. Es así como encontramos los tipos unipotentes, multipotentes, pluripotentes inducidas y totipotentes.
Las unipotentes sólo se transforman en un tipo específico de tejido. Aunque su génesis se da a partir de células pluripotentes, se vuelven tan especializadas, que sólo es posible cultivarlas para reparar tejidos de su mismo tipo.
Las multipotentes se crean también a partir de pluripotentes, pero ya han tenido un ligero proceso de transformación, por lo que su capacidad se ve reducida. Son especialmente útiles para trasplantes, ya que, al no tener una transformación completa, pueden adaptarse bien al receptor.
Las pluripotentes son las protagonistas, ya que tienen la más alta posibilidad de ser transformadas en cualquier tipo de tejido. Por lo general, son células modificadas o inducidas a que hagan dicho cambio.
Finalmente, están las totipotentes, que son nada más y nada menos que las embrionarias. Tienen la más alta capacidad de convertirse en cualquier órgano.
En conclusión, las células madre están en la mira de la medicina, debido a su enorme potencial para curar y regenerar tejidos. Su eficiencia está siendo aún estudiada, pero se ha detectado que, de acuerdo a la zona donde se extraigan, y su madurez, pueden tener mayor o menor eficiencia.
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