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¿Cómo tributa un seguro de vida por fallecimiento?

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Los seguros de vida tienen dos formas de tributación: una, cuando es el mismo titular quien cobra el seguro y dos, cuando un beneficiario.

Si bien los seguros de vida nos sacan de aprietos, también hay que entender que este tipo de servicios no está exento de impuestos. A continuación, te explicaremos cómo tributa un seguro de vida por fallecimiento y cómo se pueden obtener deducciones.

Los seguros de vida se crearon como una herramienta para dar sosiego a las familias. Es por ello que, en muchos casos, puede resultar molesto que se hagan gravámenes al dinero que el titular pagó como primas durante su vida.

¡Tranquilo! Existen muchos casos donde se pueden efectuar deducciones, incluso hasta del 100%. Aún así, hay que recalcar que contar con un seguro de vida siempre traerá más beneficios que molestias.   

¿Qué impuestos se pagan al cobrar un seguro de vida?

Los seguros de vida tienen dos formas de tributación: una, cuando es el mismo titular quien cobra el seguro, siendo esto declarado en su renta y dos, cuando un beneficiario es quien cobra el seguro, por fallecimiento del titular, siendo tributada como una sucesión.

Si el titular es quien cobra el seguro, lo puede hacer, por ejemplo, si sufrió alguna lesión o accidente que reduzca su movilidad o capacidad de trabajo. También porque desarrolló alguna condición que limitó su calidad de vida.

En este caso, al reclamar el seguro, se pagan impuestos en función de la cantidad que se reciba. Si la suma recibida es de menos de 6.000 euros, el impuesto ante Hacienda es del 19%.  Si se reciben entre 6.000 y 50.000 euros, se tributa el 21%. Cantidades superiores a esta cifra pagan el 23% de impuestos. 

¿Cuánto se paga al cobrar un seguro de vida por fallecimiento?

Al momento de fallecer el titular del seguro, es su familia (o quien haya designado como beneficiarios) quien cobre el seguro de vida.

Para estos casos, el impuesto a pagar dependerá de varios factores, como del lugar donde se efectúa el cobro del seguro y el grado de parentesco que se tenga con la persona fallecida.

Algunas comunidades autónomas tienen designados sus propios porcentajes de tributación para las sucesiones o cobros de seguros de vida y también estipulan un grado de impuesto si tiene consanguinidad de primer, segundo o tercer orden.

Por ejemplo, para los hijos directos se obtiene el beneficio del descuento máximo en impuestos sobre el cobro del seguro, sean estos mayores o menores de 21 años.

Si quienes reclaman el seguro presentan algún tipo de limitación física o de otra índole, la deducción puede aumentar.

Seguros de vida e Impuesto de Sucesiones

Cuando el titular de un seguro de vida fallece, sus hijos o familiares pueden reclamar el beneficio económico que les otorga la cobertura.

Ya que en este caso es totalmente imposible que el titular cobre el seguro, estamos hablando de una sucesión. Al cobrar el seguro, se tributará según lo dispuesto en los Impuestos de Sucesiones y Donaciones, ISD.

El pago de este impuesto aplica tanto como si se recibe una suma de dinero total única, como si se devenga una renta mensual producto del beneficio. 

Características del impuesto de sucesiones

pago impuestos seguro de vida

En el seguro de vida, el impuesto de sucesiones se da sólo en caso de fallecimiento del titular. Una vez los familiares hayan cobrado el seguro, cuentan con un plazo de seis meses para hacer efectivo el pago del impuesto.

Es importante no confundir el impuesto de sucesión con el impuesto por donación. Aunque son similares, tienen una gran diferencia jurídica.

El impuesto por sucesión es aquel que se da en caso de fallecimiento, ya que el beneficiario lo obtiene por su grado de parentesco.

El impuesto por donación se da en caso de que el titular no haya fallecido, pero tenga una situación de invalidez o limitación permanente. Para este caso, el beneficiario, que no es el mismo titular pero es dependiente aun económicamente, lo que recibe es una donación.

Diferencias entre comunidades autónomas

Cada comunidad autónoma tiene derecho a instaurar sus propias tarifas porcentuales de cobro frente a los impuestos por concepto de cobros de seguros de vida.

Entre las comunidades que presentan mayores beneficios para ello, encontramos a Navarra y País Vasco, ya que las deducciones son más altas.

Le siguen en la lista Madrid, Canarias, Castilla y León, Galicia, Cantabria. Estas comunidades presentan deducciones importantes. 

Posibles reducciones por las circunstancias del beneficiario

Los beneficiarios de primer orden, como hijos directos, o cónyuge, pueden quedar libres del pago de impuestos, si la cifra a redimir no supera los 9.000 euros aproximadamente.

¿Qué plazo hay para liquidar los impuestos de un seguro de vida?

Si se presenta el fallecimiento del titular, los familiares deben pagar el gravamen bajo lo determinado en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Para ello, cuentan con un plazo máximo de seis meses.

De no hacerlo en el plazo estipulado, pueden perder el derecho a tener deducciones sobre la cantidad real que pueden recibir, teniendo que pagar mucho más por concepto de gravámenes.

Peor aún que perder deducciones, es el de no poder acceder por completo al beneficio, ya que, por ley, es imposible desembolsar la cantidad destinada a los familiares, si no se ha pagado la tasa de impuestos a Hacienda.

En algunos casos, las familias no pueden costear todos los impuestos que conlleva el proceso de cobro del seguro, por lo que la ley también permite que se haga un cobro fraccionado. Con ello, se puede ir pagando de a poco la tasa gravable del cobro del seguro de vida. 

El seguro de vida como herencia

Uno de los mayores beneficios del seguro de vida, es que puede funcionar como herencia. En caso de que se tenga una calamidad, los hijos o familiares no quedarán desprotegidos y podrán contar con un apoyo económico.

A su vez, un seguro de vida puede estar asociado a la hipoteca, por lo que los descendientes o familia en general no tendrá que asumir toda la carga económica de la vivienda, en caso de que fallezca el asegurado principal.

Para este caso de hipoteca, la familia no recibe ninguna cantidad de dinero, pero se beneficia con no tener que asumir el pago de los abonos hipotecarios. 

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