Nuestra edad, estado de salud o tener alguna discapacidad pueden obligarnos a necesitar la ayuda de terceros para que realicemos las actividades de la vida diaria, como darnos un baño, movernos o alimentarnos. Estando en ese escenario muchas personas se preguntan si es compatible la pensión con la dependencia, y la respuesta es sí, porque esta se concibe como una ayuda económica que puede complementar las pensiones.
Así que, ¡no dudes en tramitarla para ti mismo o algún familiar! Abajo te contamos cómo puedes hacerlo, cuál es la escala de valorización que se usa y cuáles son los tipos de ayudas que puedes recibir.
¿Qué es la protección por dependencia?
Como ya te adelantamos arriba, la protección por dependencia es el sistema de ayudas ofrecidas a las personas que, por su edad avanzada, discapacidad o el padecimiento de enfermedades crónicas, necesitan la asistencia o apoyo de otros para llevar a cabo actividades básicas del día a día.
Grados de valoración
El Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) es el marco legal que regula estas ayudas en España y establece grados de acuerdo con el nivel o porcentaje de autonomía de cada persona, así como de su entorno habitual (valoración que puede revisarse cada seis meses):
- Grado I (Dependencia moderada): La persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas diarias, al menos una vez al día, o requiere apoyo limitado para su autonomía personal; como puede ser preparar comida, hacer compras, realizar tareas domésticas o administrarse medicamentos.
- Grado II (Dependencia severa): La persona requiere ayuda para realizar la mayoría de las actividades básicas del día a día, pero aún no necesita el apoyo permanente de un cuidador; un ejemplo de ello es cuando necesita asistencia para bañarse, vestirse, alimentarse, comunicarse verbalmente o no puede desplazarse por sí misma así que usa elementos como una silla de ruedas.
- Grado III (Gran dependencia): La persona necesita ayuda general para llevar a cabo la mayoría de las actividades diarias, requiriendo apoyo constante de otra persona, tanto de día como de noche. Es decir que requiere asistencia para bañarse, vestirse, moverse de posición o de lugar, alimentarse, comunicarse y, además, es importante que cuente con cuidados médicos especializados y atención psicosocial.
Tipos de ayudas a la dependencia
En cada comunidad autónoma se reconocen diferentes tipos de ayudas, de acuerdo con la valoración en la escala determinada por el SAAD, que ya te contamos arriba. Conócelas:
- Prestación económica para ser atendido en el entorno familiar: La ayuda se entrega para que la persona en situación de dependencia pueda pagar la asistencia de su cuidador, o sea un familiar o cercano que convive con ella.
- Prestación económica para contratar a un asistente personal: El dinero se destina para la contratación de un profesional de los cuidados que le ayude (en su casa) a la persona en situación de dependencia.
- Prestación económica vinculada al servicio: La ayuda se concede para cubrir parte de los costes de los servicios de atención ofrecidos en centros acreditados, sea residencia para mayores o centros de día. Algunos también la llaman ‘‘cheque de residencia’’.
- Servicios de atención: Con esta prestación, relacionada con las plazas concertadas, las personas dependientes pueden acceder a una plaza residencial sin tener que pagar la totalidad de los costes. Sin embargo, los beneficiarios deben ceder una parte de su pensión, entre el 75 al 86 %.
¿Afecta a la ayuda el importe de la pensión?
La cantidad de dinero que recibes con tu pensión de jubilación no es determinante a la hora de conceder la ayuda de la protección por dependencia, pero sí lo es cuando se va a establecer la cuantía de esta prestación, ya que se aplica un coeficiente reductor según tu capacidad económica.
En conclusión, la pensión es compatible con la protección por dependencia, ya que esta es una ayuda económica que se le da a aquellas personas que por su estado de salud, edad o por tener alguna discapacidad, requieren de la asistencia de un tercero para llevar a cabo las actividades del día.
Para obtener esta ayuda es necesario someterse a una evaluación, que puede ser revisada cada seis meses, y que determina, según tu grado de dependencia (moderada, severa, gran dependencia), qué tipo de prestación necesitas, sea para ser atendido en el entorno familiar, para contratar a un asistente personal, para cubrir parte de los costes de un centro acreditado, o la totalidad de los servicios de atención.
Ten en cuenta que, si te interesa contratar un plan de pensiones o si necesitas asesoría sobre la protección por dependencia, porque tú o algún familiar la requieren, ¡no dudes en escribirnos!