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¿Qué es declararse insolvente?

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¿Tienes deudas impagables? ¿Te hablan de insolvencia y no entiendes? Tranquilo, te apoyamos. Aprende que es declararse insolvente y todo lo que implica. ¡Aquí!

La inestabilidad económica de los mercados y las crisis han obligado a cientos de empresarios a abandonar sus actividades, declarando la quiebra. O, en otras palabras, a declararse insolventes. Pero, ¿qué es declararse insolvente? ¿Con qué fin se hace? Aquí te lo explicaremos en detalle. 

¿Qué significa que una persona sea insolvente?

¿Podéis creer que Carlo Ancelotti, el entrenador del Real Madrid, llegó a acumular una deuda de más de 1,4 millones de euros con Hacienda? ¡Así es! Aunque también podéis decir que, con su millonario salario, puede pagarlo fácilmente.

Nada más alejado de la realidad: los millonarios también entran en insolvencia e, incluso, pueden llegar a la bancarrota total. Pero no es el fin del camino. Muchos han logrado sobreponerse.

Es por ello que no debes pensar que declararse insolvente es el fin de la carrera profesional o del proyecto de vida. En su lugar, puede ser un giro drástico que permita probar nuevos proyectos, con los pies sobre la tierra.

Que una persona se declare insolvente, significa que no puede asumir sus compromisos financieros. También se traduce en que ha llegado a una situación de endeudamiento tan alta que le es imposible reponer los préstamos a sus acreedores.

Esta situación le impide llevar una vida normal, ya que tendrá que enfrentarse a cobros constantes, hostigamiento, la preocupación de no saber cómo distribuir el dinero y la nula posibilidad de recibir créditos para vivienda, educación o desarrollar negocios.

¿Qué sucede cuando te declaras insolvente?

Nadie se declararía insolvente, si no hubiera  beneficios o ventajas al hacerlo. Utilizar esta figura hace que los procesos de embargo, liquidación y pago a acreedores se lleven a cabo de una forma ordenada.

Lo anterior permite que el deudor no quede totalmente desamparado y sin patrimonio. De otra manera, sería literal la frase “¡me han dejado en la calle!”

Una vez el moroso se ha declarado en insolvencia, obtiene derecho a que se le efectúe un debido proceso sobre su patrimonio, salvaguardando aquel que es fundamental para su subsistencia. Además, se abre la posibilidad a que entre en un acuerdo de pagos, en caso de que no posea bienes suficientes para satisfacer la deuda.

¿Si soy insolvente me pueden embargar?

Hay dos escenarios posibles: que se invoque la insolvencia con patrimonio y sin este. En el primer caso, el administrador concursal (o el juez) puede determinar qué bienes deben ser liquidados. Para el segundo caso, el deudor debe acogerse a un acuerdo de pagos, dentro de sus posibilidades. 

¿Quién paga cuando una persona es insolvente?

El hecho de declararse insolvente no significa que no se va a pagar. Lo que se hace es diferir la deuda, darle mayor plazo, quitarle intereses y llegar a acuerdos. Por lo tanto, el deudor siempre tendrá que pagar, aunque la buena noticia es que seguramente deberá devolver una cantidad mucho menor a la de sus créditos iniciales.

¿Cómo se declara en insolvencia?

Antes de declararse en insolvencia, es importante haber agotado otras vías: un acuerdo con los acreedores, flexibilidad en los pagos, cuotas más bajas, exención de intereses…

Pero si nada ha funcionado, lo mejor es tomar aire y empezar el proceso. El primer paso es  presentarse ante un juzgado mercantil para solicitar la declaración de insolvencia.

En este punto hay que tener cuidado, porque no sólo el deudor puede solicitar la insolvencia: ¡también lo pueden hacer sus acreedores! En este caso, el proceso se denomina como forzoso y tiene implicaciones a futuro.

Recomendamos ampliamente que sea el deudor quien dé el primer paso. En este escenario, el proceso se denomina como voluntario y tiene la ventaja que el juez puede tomar como buena fe que el moroso haya intentado pagar a los acreedores.

Una vez se ha solicitado la declaración, el juez deberá avalarla. Si es así, se continúa con el proceso, donde se deberá demostrar el grado de insolvencia. Generalmente se hace con documentación que recoge los ingresos y gastos del deudor, así como una lista de sus acreedores y la cuantía que les adeuda.

Si todo ha salido bien en los anteriores pasos, se procede a entrar a un concurso de acreedores. En este, se determinará qué bienes pueden liquidarse, cuáles no, cuáles deben protegerse y en qué condiciones se darán los pagos.

Spoiler: en algunos casos no será necesaria la presencia de un administrador concursal. ¡Asesórate bien con tu abogado para que no tengas que pagar costes de más!

¿Quiénes pueden declararse en insolvencia?

Quiénes pueden declararse en insolvencia

Si te atrasaste en una cuota de tu tarjeta de crédito, no tienes que armar un escándalo y decir que estás en bancarrota. ¡No es posible que te cancelen las deudas cuando se trata de casos tan pequeños!

Puede declararse en insolvencia cualquier persona física o jurídica. Es decir, un autónomo puede usar la figura, al igual que una pequeña o mediana empresa.

¿Cuáles son los requisitos para declararse insolvente?

Primordialmente, se deben tener deudas ante dos o más acreedores, que tengan un atraso en pago mayor a tres meses. Pero no basta con el tiempo: las cantidades atrasadas en pago deben representar cerca del 50% del total de la deuda no pagada. 

Adicionalmente, quien se declare en insolvencia no puede tener sentencias dictaminadas en su contra en cuanto a fraude fiscal, delitos contra el patrimonio o delitos por falsedad documental.

Por último, quien se acoge a esta figura no puede poseer más de cinco millones de euros en deuda, ni debe tener deuda contraída con Hacienda.

¿Cuánto tiempo dura la insolvencia?

La mayoría de casos puede tener una duración de 12 meses, aunque puede extenderse hasta los 24 meses si es muy complejo.

Es importante asesorarse ante un experto en leyes, para determinar si la situación es de grandes proporciones y estimar las fechas de inicio y fin del proceso.

¿Cuántos tipos de insolvencia existen?

Se puede hablar también de diferentes tipos de insolvencia: la actual, la inminente y la probable. Como es de sospechar, cada una alude a diferentes estados.

En la actual, los pagos ya no se pueden realizar; la inminente es aquella que ocurrirá con toda seguridad, mirando las finanzas y estados de ingresos, y la probable, como su nombre indica, tiene un alto porcentaje de darse y hay que prever la situación. 

¿Se puede usar la Ley de Segunda Oportunidad en una situación de insolvencia?

¡Por supuesto que sí! Es la mejor manera de llegar a acuerdos con los acreedores, proteger el patrimonio y generar un acuerdo de pagos justo.

Muchos despachos han logrado el éxito rotundo de los deudores gracias a que los asesoran de forma adecuada. Con la Ley de la Segunda Oportunidad, se puede salir victorioso de un círculo de deudas y cobros de acreedores que parece no tener fin.

Esta ley protege especialmente a aquellos que pasan por una mala situación financiera, brindando la oportunidad de conservar su vivienda para no ser embargada, acogerse a un plan de pagos de hasta cinco años de extensión y congelar los intereses.

En conclusión, si Ancelotti pudo salir de las deudas, tú también. Declararse en insolvencia no es algo de lo cual hay que avergonzarse. ¡Puede ser la mejor opción para encontrar soluciones a las deudas! Este recurso da la posibilidad de replantear los pagos, detener el acoso de los acreedores y generar acuerdos de pagos realistas. 

No tienes que buscar los despachos que tratan el tema de insolvencia. ¡Ya lo hemos hecho por ti! Filtramos a los mejores en este campo y puedes verlos en nuestro comparador. Échales un vistazo y accede a sus servicios de asesoría. 

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