Tranquilidad, certeza, previsión, preparación. Todos estos términos están conectados con las coberturas de los seguros de vida, ese producto que te permite asegurar ciertas condiciones en caso de que ocurra algo que afecte tu integridad, vida cotidiana o el bienestar de quienes están a tu cargo. Aquí te contamos todo lo que tienes que saber.
¿Cómo funciona un seguro de vida?
El seguro de vida es una póliza contratada por un individuo con una aseguradora para establecer una suma de dinero que se le dará a sus beneficiarios si muere o a él mismo si sufre una invalidez o incapacidad permanente. La cantidad recibida variará según el producto adquirido en función del perfil de la persona y su edad.
Tipos de seguros de vida
Hay diferentes seguros de vida que se ajustan a las necesidades y deseos de los individuos que los contratan, estableciendo las siguientes coberturas:
- Básico: Cubre el fallecimiento y cierta cantidad de dinero para que los beneficiarios se hagan cargo de los gastos del funeral.
- Óptimo: Además del fallecimiento, cubre la invalidez permanente para que el asegurado pueda recibir ingresos aunque no esté capacitado para trabajar.
- Extra: Se especializa en fallecimiento por enfermedad o accidente.
- Ampliado: Cubre enfermedad grave, desde atención 24 horas a segunda opinión médica.
- Profesional: Cubre el fallecimiento, la invalidez permanente absoluta y la invalidez permanente total, así como póliza por orfandad o enfermedad. Es para profesionales o autónomos de alta cualificación.
- Todo riesgo: Incluye cobertura de enfermedad grave, diferentes tipos de fallecimiento (accidente y accidente de circulación), invalidez por accidentes e invalidez permanente absoluta.
- Hipoteca: Cubre los préstamos hipotecarios para que tu familia no pierda su vivienda en caso de que fallezcas o te invalidez permanentemente.
Coberturas habituales de los seguros de vida
Las situaciones o eventos que más cubren los seguros de vida son el fallecimiento, la invalidez absoluta permanente y la incapacidad. A continuación te las explicamos:
Cobertura por fallecimiento
Es la cobertura básica de los seguros de vida, en la que se les da cierta cantidad de dinero a los beneficiarios para que se encarguen de los gastos del sepelio (brindándoles un porcentaje del total).
También se suele incluir el capital del fallecimiento para la devolución del capital asegurado en la póliza, y a veces más, porque se incrementa si la muerte no fue natural.
A la hora de contratar un seguro de vida recuerda revisar qué causas de fallecimiento cubre, identifica si incluye la muerte natural, accidental y el suicidio (que solo aplica después de un año de la adquisición de la póliza).
Cobertura de invalidez absoluta permanente
Otro evento que cubren los seguros de vida es la invalidez absoluta permanente, en el que el tomador y beneficiario puede ser la misma persona.
Además, dentro de esta cobertura a veces también se contempla la entrega de doble o triple capital por accidente o accidente de tráfico, respectivamente.
No olvides revisar las causas de invalidez que cubre tu seguro de vida, ya que puede variar dependiendo de la aseguradora y tipo de póliza que elijas.
Cobertura de incapacidad
Este tipo de seguro es contratado habitualmente por autónomos y trabajadores en caso de incapacidad permanente total, en la que no se puede desempeñar en su labor, pero sí otras.
Asimismo, está la incapacidad permanente temporal, que se refiere a que el trabajador no puede laborar por un tiempo en su campo, pero tiene la posibilidad de volver.
Finalmente existe la indemnización diaria por enfermedad o accidente con la que el trabajador puede reclamar un dinero diario con respecto a los días que no puede trabajar.
Otras coberturas
Hay seguros de vida que cubren otros servicios, como la gestoría y asesoramiento o el anticipo del capital para trámites como el testamento o los que competen a los beneficiarios cuando mueras.
Cabe recordar que también puedes contratar la asistencia médica y segunda opinión médica en caso de enfermedad grave.
¿En qué casos el seguro de vida no cubre el fallecimiento?
Los seguros de vida no cubren fallecimiento por suicidio (a menos que ya haya pasado un año desde la firma de la póliza), actos delictivos, consumo excesivo de alcohol y drogas, fenómenos meteorológicos extremos, conflictos bélicos, imprudencia temeraria y enfermedad crónica.
¿Es obligatorio contratar un seguro de vida?
No es obligatorio, ni siquiera si adquieres una hipoteca o un préstamo relacionado con otro producto financiero.
¡Ten cuidado con las hipotecas que te obligan a contratar un seguro de vida! Esto es completamente ilegal y puedes reclamar con abogados expertos.
¿Hasta qué edad se puede contratar un seguro de vida?
La edad límite para contratarlo depende de la compañía, pero en general está entre los 70 y 85 años en caso de fallecimiento y hasta los 65 años por invalidez o incapacidad.
¿Cuántos seguros de vida puedo tener?
No hay un límite de seguros de vida que puedas tener, ya que puedes contratar diferentes productos para conseguir más coberturas, teniendo en cuenta que estas pólizas hacen frente a diferentes situaciones, siendo las más comunes el fallecimiento (exceptuando causas como los actos delictivos) la invalidez y la incapacidad.
En síntesis, un seguro de vida puede ser una buena opción para proteger a la familia y tener un respaldo económico. Pero hay que tener en cuenta que no es un requisito obligatorio para adquirir un inmueble.
Recuerda que hay otras coberturas que no solo te servirán en vida sino también a tu familia cuando mueras, como una indemnización para la hipoteca.
Si deseas contratar un seguro de vida o cambiar el que ya tienes, ¡revisa nuestro comparador! Allí está la información sobre diversas aseguradoras que ofrecen las mejores condiciones.